Primera Mesa Redonda: «Poéticas del Silencio»

Jueves 16 de febrero 2012 12:00 – 14:00 hrs Aula A-10 Escuela Nacional de Música, UNAM (Xicoténcatl No. 126, Col. Del Carmen, Coyoacán, C.P. 04100, D.F.)

Participantes:

Miquel Adriá

Nair Anaya

Irene Artigas

José Luis Díaz

Susana González Aktories

Roberto Kolb Neuhaus

Carlos Lingan

Alan Page

Gerónimo Sarmiento

Julián Woodside

Planteamiento

Carlos Lingan La imposibilidad física que supone la existencia del silencio servirá como punto de partida para identificar algunos ámbitos relevantes en los que parece manifestarse el silencio, a saber: la relación entre sonido y silencio en las urbes contemporáneas, las manifestaciones literales del silencio, y las aproximaciones al silencio en las prácticas artísticas. La aproximación al vínculo entre sonido y silencio tomará como punto de partida las observaciones realizadas por el antropólogo francés David Le Breton en su libro El silencio. Aproximaciones (en su original Du silence, 1997). Una de las manifestaciones del desarrollo de los grandes centros urbanos consiste en la proliferación y acumulación de sonidos que se superponen en la creación de entornos ruidosos. Frente al agobio producido por esta abundancia de sonoridades, se busca preservar y crear zonas silenciosas al interior de las urbes que contrarresten los efectos negativos del ruido. Al mismo tiempo, se generan y ofertan productos que brindan soluciones, auténticas o ficticias, a los estragos ocasionados por el ruido. Sin embargo, el silencio se manifiesta también como amenaza y ocasión para el aislamiento y la incertidumbre, y cualquier modificación sonora del entorno cobra una acentuada relevancia. Frente a ello, el individuo busca repoblar el espacio de sonidos y ruidos, y prodigar la palabra como vehículo para retornar a la familiaridad del mundo. Por su parte, la reflexión sobre las manifestaciones literales del silencio identificará algunas de las posibilidades reconocidas por la ensayista norteamericana Susan Sontag en su acercamiento a la “Estética del silencio” (1967). La primera de ellas se encuentra en una decisión expresa por parte del artista de renunciar a su labor profesional. Tal determinación admite, por un lado, el abandono de la vocación artística para atender, en cambio, nuevos intereses y preocupaciones. A la luz de éstos, la obra del artista, no obstante el carácter de prueba contundente de su genio creador, resulta fútil. Por otro lado, la renuncia del artista a su quehacer se da también a través del suicidio, consecuencia de la naturaleza extrema del recorrido creativo que ha realizado. Igualmente, la segunda figura identificada por Sontag consiste en la de un castigo recibido por el artista. Bajo esta condición se ubican tanto las sanciones que, ante la radicalidad de la obra creada, una sociedad impone sobre el artista como forma de confrontarlo y controlarlo (descrédito, censura, prisión) así como las dificultades personales enfrentadas por el creador (el silenciar su propia voz, el destruir su propia obra o el desarrollo de desórdenes mentales de diversa naturaleza). Con la aproximación al ejercicio del silencio en las artes se atenderán las soluciones específicas identificadas por Sontag como representaciones del silencio.

Gerónimo Sarmiento Gran parte del impacto transgresor de las propuestas estéticas de John Cage provienen de un elemento externo, ajeno a la tradición en la que fue insertado. En la concepción de la nada que emplea Cage está el punto de partida filosófico de su noción del silencio. Y es esta particular formulación de la nada la que es foránea, la que fue tomada en préstamo de otro sistema de pensamiento, el del Budismo Zen. La adopción de esta idea sucede cuando Cage declara la imposibilidad física del silencio, tras la anécdota de la cámara anecoica, y postula el silencio como ausencia de voluntad, de intención. El ejemplo más reconocido de esta nueva postura se encuentra en su composición 4’33” (1952), cuya ausencia de intencionalidad por parte de la pieza escrita e intérprete proveen de este nuevo silencio. Pero, a su vez, este momento plagado de ruidos incidentales alude a una realidad continua, intrínsecamente sonora, donde este silencio siempre puede ocurrir: los percances sonoros audibles durante la pieza son idénticos a aquellos que suelen ocurrir en la rutina diaria de cualquier individuo. He aquí el rasgo central que define la diferencia entre ambas concepciones del silencio: la continuidad frente a la ausencia; que a su vez equivale a la relación entre la nada budista y el vacío occidental. El silencio en su fórmula rudimentaria y tradicional es la ausencia de sonido, es decir, se genera a partir de una función dialéctica, a través de su opuesto. El problema con la definición anterior es aquél que Cage enunció: es físicamente imposible que el silencio ocurra bajo estos parámetros. Lo mismo sucede con la noción de vacío, siempre pensada como una negación, como una ausencia total; es decir, otra imposibilidad  física. Contrariamente, la nada budista no implica una relación binaria de opuestos, sino un continuo que prevalece espacial y temporalmente, sin antagónicos. Esta idea, tan ajena a la tradición de pensamiento occidental, cuya naturaleza dialéctica es subrayada por el post estructuralismo y en particular por Derrida, es la que erige la singularidad de la propuesta estética de Cage.

Preguntas

1.-El silencio enfrenta una imposibilidad física: no existe lugar o región que no esté habitada por sonidos. Sin embargo, el silencio conoce una variedad de ejercicios y manifestaciones, tales como prácticas espirituales, protestas políticas o aproximaciones artísticas. En la actualidad, al menos en el contexto de las grandes zonas urbanas, el sonido parece proliferar en multitud de posibilidades, que abarcan desde rumores hasta  ruidos extremos. Ante este panorama: ¿Qué importancia guarda el silencio? ¿Cuáles serían las preocupaciones y la naturaleza de una poética del silencio?

2.-En las últimas tres décadas hemos asistido al surgimiento de dispositivos tecnológicos portátiles para la reproducción de música grabada o la recepción de señales de radio. El walkman, el discman, el iPod, parecen haber enfatizado la presencia de la música o del sonido en la vida cotidiana en las grandes urbes. El antropólogo David Le Breton establece una asociación entre el silencio y las tecnologías de reproducción del sonido: frente a las dificultades inherentes al silencio (la angustia ante lo inesperado o lo desconocido), los reproductores portátiles ofrecen la posibilidad de enfrentarlas a partir de la la oportunidad de poblar el ambiente silencioso con sonidos familiares para el escucha. Incluso, Le Breton concibe la importancia de la sonoridad para la manifestación de la presencia de las personas. Ante esta condición: ¿Cuáles son algunas consecuencias derivadas de la proliferación de sonidos en las ciudades? ¿Qué ventajas y dificultades trae consigo el uso recurrente de estos dispositivos tecnológicos? ¿Qué lugar queda al silencio en este escenario?

3.- En 1967, en su ensayo «Estética del silencio», Susan Sontag identificó algunas de las dificultades presentes en cuanto al abordaje del silencio en las artes. Ante el problema de encontrar ejercicios artísticos «literales» del silencio, Sontag enfatizó el desarrollo de prácticas cuyo horizonte era el silencio y hacia el cual tendían a través de diversas representaciones. Así, la ensayista norteamericana identificó algunas prácticas como el trabajo sobre los márgenes de la superficie pictórica, la tendencia a anular el papel del espectador en cuanto a su experiencia de la obra de arte o una economía generalizada en el uso de los recursos empleados por el artista. De esta manera, el silencio constituyó una de las temáticas más recurrentes a través de la que los artistas del siglo XX realizaron una inflexión que cuestionaba de manera radical la tradición cultural (artística y estética) a la que pertenecían. Tras este período, ¿qué ha sido del silencio como elemento o herramienta del lenguaje artístico y qué posición ocupa? ¿Qué ha sido de esas ambiciones artísticas que intimaban con la apreciación del silencio?

4.- El silencio guarda una relación metonímica con el vacío donde se entiende la ausencia de sonido como la ausencia de objetos o sujetos como causantes de sonido. Esta relación ha sido empleada históricamente en diversas ocasiones; el caso más notable es el de John Cage y 4’33”, donde la ausencia de sonido intencional alude a una continuidad conceptual que trasciende la obra. Entre las concepciones recientes del vacío, particularmente la de Sartre y el existencialismo, hay un vínculo entre la nada y la angustia: el individuo sufre la toma de decisiones en la libertad absoluta que otorga la nada. ¿Es pertinente este vínculo en la actualidad? ¿O, en caso de que no lo sea, cuál es la relación contemporánea con la noción de la nada? ¿Cuál es la recurrencia y función del silencio como vacío en el arte contemporáneo?