En charla con Gabriel Weisz

El primer contacto que sostuve con la Literatura Comparada fue en Columbia University durante mis estudios de doctorado en Nueva York; sin embargo, un acercamiento más sistemático ocurrió en las clases de Luz Aurora Pimentel, quien posteriormente se convirtió en mi tutora.

Desde el punto de vista de la investigación considero que los eventos anuales de ACLA han abierto muchas vías en el desarrollo de múltiples líneas de indagación.

El lugar que ocupa la Literatura Comparada es esencial para tender puentes entre distintas disciplinas, literaturas y contextos culturales. Para el egresado se abren varias posibilidades, pues se puede trabajar en todos los campos de la literatura pero además se incluye el marco de la interdisciplina.

El futuro de la Literatura Comparada perfila una labor en consultorías teóricas que deben instrumentarse para actualizar a maestras y maestros en los niveles de estudios profesionales y del posgrado con objeto de impulsar talleres dedicados a la construcción conceptual e interpretativa de textos teóricos y narrativos, cine, ópera, teatro y otros medios audiovisuales. Existe la posibilidad de abrir escenarios comparatistas en los estudios de género, la antropología, la filosofía entre otros.

En mi opinión, además de la tarea docente el egresado de Literatura Comparada puede brindar asesoría sobre aspectos literarios a nivel nacional e internacional; contribuye al descubrimiento de nuevos terrenos de combinación entre disciplinas creando dispositivos de lectura y acercamientos históricos y políticos que ocurren en numerosos espacios culturales. Egresa con un entrenamiento que lo faculta para realizar lecturas complejas y aplicarlas al campo de la interpretación literaria, antropológica y filosófica.