Gabriel Weisz Carrington: «Viñeta: ‘Las mil y una noches’ de Salman Rushdie»

Las mil y una noches de Salman Rushdie.

Dr. Gabriel Weisz Carrington

Caminamos por un rato, hace bastante calor, llegamos a La Rotunda, un sitio en la universidad de San Diego en el cual van a entrevistar a Rushdie, todos los lugares se ocupan rápidamente, de modo que estamos contentos de haber llegado con tiempo. Este evento fue organizado por la librería Warwick’s, mi compañera Paty y yo comentamos lo interesante que resultan estas presentaciones porque se organizan como una entrevista donde quien la lleva participa relativamente poco, suelen ser muy ágiles; esto en contrate con otros acontecimientos similares que tienen varios presentadores y entre los cuales no todos tienen el don de la palabra y como resultado el evento puede resultar muy tedioso. Pero en estos momentos entra Rushdie con el entrevistador. Como de todos es sabido hace veintitrés años Rushdie recibió una desagradable llamada telefónica.Un reportero le anunció que el Ayatollah Khomeni –fundador de la República Islámica en la revolución Iraní de 1979- le extendió una sentencia de muerte por considerar que la novela Versos Satánicos constituía una blasfemia contra los mahometanos. Durante su plática confiesa que fue gracias al amor y solidaridad de sus amigos que pudo sobrevivir el miedo y tensión continua de ser victimado. En esta ocasión estamos reunidos para escuchar los comentarios sobre la novela, publicada este año, Two Years Eight Months and Twenty-Eight Nights (Dos años ocho meses y veintiocho noches) cuya suma matemática corresponde a la célebre Mil y una noches. Rushdie parece emular, de modo muy libre las conocidas fábulas de Scheherezade. El autor argumenta que tomó el realismo mágico para construir una narración que combinara momentos históricos con elementos fantásticos. La novela encuentra muchos de sus apoyos en la figura del filósofo mahometano del siglo XII Ibn Rushd mejor conocido como Averroes. Pero la misma novela abre con esas singulares criaturas los jinn que se presentan como ‘criaturas hechas de fuego sin humo’. Tal vez este ambiente sirva para establecer un escenario en el que argumentos de la razón choquen contra los agitados actos del fervor religioso. Otra transformación que menciona Rushdie es cómo durante su infancia los otrora villanos se convierten en héroes y todo dentro de eso que se denomina como verdad histórica. Así será como venga un acercamiento entre la historia y la experiencia de la literatura fantástica. La región mitológica y del cuento de hadas de los jinn invade el mundo que conocemos y de este modo se imprime una enorme velocidad del imaginario. Rushdie nos explica que su relato escarba en esas preocupaciones sobre la naturaleza de Dios para contar una historia en la que la fe y la incredulidad se disputan; las discusiones entre la racionalidad y la irracionalidad, que a fin de cuentas marcan en gran medida el tono de nuestros tiempos. A la par se pone en juego el argumento interno y externo.

En otra etapa de la entrevista Rushdie habla de ese devenir diaspórico de una India que siempre será añorada pero que cuando se dejó atrás ya no corresponde con la que uno conoce luego. Contrasta su existencia como escritor desarraigado, en continuos traslados, trabajando en distintos sitios-en un mundo que parece encogerse- con aquella escritura profundamente arraigada de Faulkner, donde los sitios descritos por el novelista pueden visitarse y reconocerse. El sentimiento que invade a Rushdie es el de estar flotando, una pérdida del terreno, pero este es un sentimiento universal que cualquiera puede hacer suyo y reconocer aunque no lo haya vivido. Describe nuestra experiencia como una era de la aceleración, pues cambios enormes pueden acontecer muy rápidamente. Es un mundo que se ha tornado en verdad muy extraño. Al conocer las reglas del mundo nos tornamos ajenos al mismo. Más adelante Rushdie se decidió a explorar el acto mismo de escribir y compara la novela con un maratón, “debes encontrar tu ritmo; es una actividad que haces cada día. Algunos autores se retiran literalmente del mundo. Yo, en cambio, siento que tras un día de trabajo, busco hacer otras cosas, quiero salir de mi cabeza”. “Escribir siempre fue una experiencia absorbente. La gente se percataba cuando estaba escribiendo pues nunca estaba del todo allí. A menudo llegaba a esa temible pared, a ese momento en que la escritura parecía congelarse pero yo la buscaba pues sabía que algo antes de ese instante no estaba funcionando, de modo que al remediarse esa parte todo el resto comenzaba a fluir”. El entrevistador no puede dejar de mencionar que la universidad de San Diego es católica. A ello responde Rushdie que su actitud es la del no creyente que se siente mejor con una vida sin religión. Agrega que en su visión una universidad debe cuestionar las ideas y tornarse en protectora de las mismas. Traza una interesante analogía entre el hecho de madurar y la ‘vida’ de los dioses que podemos dejar atrás. En los marcos de esta temporalidad observa que los jinn son pre islámicos.

Al final de la charla una persona de la audiencia quería saber quién había ejercido mayor influencia sobre su obra. A lo que respondió que todo acto de escritura proviene de otros escritos. Le vino a la cabeza las versiones muy diferentes que se plantearon con la novela de E.M Forster sobre la India, A Passage to India misma que siempre quiso evitar como modelo pues su visión era la de un país ruidoso, lleno de gente y a menudo sucio, algo tal vez más visceral que el escenario frío pintado por Forster. Salimos del lugar mi compañera y mi hijo y platicando entre nosotros estuvimos de acuerdo que era maravilloso haber estado en contacto con una persona inteligente y que tenía el don no sólo de la palabra escrita sino el de la hablada, mucha falta hacen estos momentos en que nos sabemos partícipes de una experiencia adulta.

-San Diego a 13 de septiembre 2015.